martes, 31 de julio de 2012

CONFERENCIA SOBRE ÉTICA


Ludwiig Wittgesnstein fue uno de los filósofos fundamentales del Siglo XX. Con su obra El Tractatus logico-philosophicus originó la escuela del positivismo lógico. Luego de un largo receso se reintegró a la vida académica en Inglaterra e inició  una reflexión filosófica en una nueva dirección y dio comienzo a  la filosofía del lenguaje.
Nació en Viena el 26 de abril de 1889 en el seno de una familia ilustrada. Después de su formación austriaca se trasladó a Inglaterra  donde recibió la influencia de Bertand Russell y desarrolló toda su obra.
En los años treinta dictó CONFERENCIA SOBRE ÉTICA que hoy presentamos a nuestros lectores.

“La ética, en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en ningún sentido, a nuestro conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo personalmente no puedo sino respetar  profundamente y que por nada del mundo ridiculizaría.”

Ver el ensayo completo haga click aquí

domingo, 29 de julio de 2012

LOS LAMB DE LONDRES DE PETER ACKROYD


Por Álvaro Lobo


“—Entre los papeles encontré una obra de Shakespeare, un texto entero, completo. Se titula Vortigern
— ¿No es el nombre de un rey?
—Es un monarca de la antigua Britania. Mary, ¿no se ha dado cuenta de lo que le estoy diciendo? Se trata de una obra desconocida de Shakespeare, de la primera en dos siglos. Es un gran acontecimiento, algo trascendental”.

De esta forma William Ireland revela a Mary Lamb su fabuloso hallazgo. Ha encontrado,  doscientos años después de su muerte, una obra de Shakespeare.  El joven Ireland es hijo de un conocido librero de Londres. Es un conocedor de la obra del dramaturgo inglés y tiene un evidente deseo de que su padre reconozca en él a un hombre de talento literario. Por su parte, Mary es hermana del poeta Charles Lamb. Ambos  adquirieron notoriedad por sus delicadas adaptaciones de las comedias y tragedias de Shakespeare para el público infantil a principios  del Siglo XIX.

La historia de estos personajes, unidos por su amor  a la obra del bardo inglés, la cuenta con maestría literaria Peter Ackroyd en su novela Los Lamb de Londres.

Ackroyd nos conduce por las calles, los laberintos y los lugares emblemáticos de Londres, dibujando  un paisaje con rasgos del mundo creado por Dickens  y consigue tejer una historia de secreto e intriga.

El “descubrimiento” que hace Ireland de un manuscritos de Shakespeare—en un período   en que existe un resurgimiento de la  devoción a su obra y el ferviente deseo de encontrar huellas materiales y manuscritos del poeta que promuevan su culto —genera  en la ciudad  entusiasmo y una enorme expectativa por conocer el origen de tales tesoros. El autor crea  una atmósfera de misterio alrededor  de los originales hallados y de los singulares eventos que conducirán a la resolución del drama, incluyendo desde luego  los trágicos sucesos que envolverán a los protagonistas.

El escritor Thomas de Quency, el célebre autor de El crimen como una de las bellas artes,  el erudito Edmon Malone, especialista en la obra de Shakespeare y editor de algunas de sus obras y otros escritores ingleses pueblan de  forma natural el entorno de la novela.

En realidad, los sucesos narrados corresponden a hechos rigurosamente ciertos, en especial la extraordinaria historia de William Ireland, considerado por muchos críticos como el “escritor” de obras de Shakespeare más original de la historia.

Esta es una novela entretenida, de carácter histórico y ofrece la oportunidad de ingresar a una época lejana de forma divertida, no exenta, por supuesto,  de momentos de gran dramatismo. Quizá su título sea equivoco.

La novela fue editada por la Editorial Edhasa en su colección Narrativa Histórica, 252 páginas.

domingo, 22 de julio de 2012

UN DIA EN EL PARAÍSO


Un día en el Paraíso de Carlos Framb

Oyendo la poesía de Carlos Framb en este interminable  camino de Damasco sucede la iluminación del rayo: tengo de súbito la conciencia de mi ser estelar. El verso en su libro deriva en música: lo leo en mudez y oigo un canto de esferas. De tan íntima, la poesía es placer solitario, y su sonido, soterrado, ondas que se van expandiendo por el fondo del alma.

Framb padece la presencia de la poesía. ¿Qué es ese milagro?, ¿cómo brota ese misterio?, ¿por qué una voz de pronto  tiene la virtud de nombrar las cosas? No es posible saberlo. Y quizás no sea necesario saberlo. Basta sentir el súbito rayo iluminado y padecer una elación, una hermandad, un sosiego. En esa levitación de la poesía reconozco la expansión del ser y sé entonces que mi pequeñez cabe en el universo.

No es este un libro con página de principio y página de fin. Como el océano, es inagotable, y como la Vía Láctea, luz en expansión. Por donde entra el rayo.

Es bello el título del libro de Carlos Framb: “Un día en el Paraíso". Y justo.

Alberto Aguirre


–Fragmentos del artículo de Alberto Aguirre, publicado originalmente en el periódico El Mundo, de Medellín, en enero de 1995– 

Lee la obra completa en el siguiente enlace: Un día en el paraíso de Carlos Framb

miércoles, 11 de julio de 2012

FIESTA EN EL JARDÍN

Fiesta en el Jardín de Katherine Mansfield

Katherine Mansfiel nació en Wellington, en Nueva Zelanda, en 1888 y murió en Francia en 1923. Su vida fue breve e intensa. Es considerada una de las más importantes escritoras en lengua inglesa en el siglo XX.

Cuando publicó sus primeros cuentos, pocos críticos reconocieron de inmediato su talento. Solo un pequeño grupo de escritores ingleses reconoció con entusiasmo su calidad literaria. El público por su parte se rindió al encanto de sus cuentos y pequeños relatos.

Fiesta en el jardín, el relato traducido y editado por Editorial Pi que hoy presentamos a nuestros lectores, es sin duda su más celebrado cuento.

Una aparente historia banal que nos sugiere el trasfondo inquietante y frágil que sostiene la vida, todo ello en una atmósfera de gran literatura.

Lee la obra completa en el siguiente enlace: Fiesta en el Jardín, de Katherine Mansfield.

¿POR QUÉ ESCRIBIR?

Por Álvaro Lobo

Los escritores se confiesan

Al leer ensayos de escritores consagrados sobre el oficio de escribir o cuando leemos sus declaraciones sobre el asunto en los diarios, los lectores comunes y corrientes solemos entrar en un estado de excitación. Pensamos que nos será revelada una gran verdad sobre las razones que llevan a los creadores literarios a escribir sus obras.

Los hacedores de nuevos mundos como Shakespeare, Tolstoi, Cervantes o James Joyce se conformaron con escribir sus obras. Los escritores de la medianía se apresuran a forjar toda suerte de teorías de cómo operan en ellos los mecanismos de la creación literaria y por qué se decidieron por la escritura. 

El diario El País de España presentó hace poco tiempo un amplio informe sobre las razones que llevan a los escritores a dedicar sus vidas al oficio de escribir. Entrevistó a un amplio número de autores al uso, incluyendo, cómo no, a laureados con el premio Nobel. 

Las respuestas que dieron son también una muestra de su creatividad, pero poco nos dicen del misterio que esperábamos nos fuera revelado.

En sus opiniones algunos escritores mostraron mucho ingenio. El ya difunto Carlos Fuentes respondió a la pregunta ¿Por qué escribe? con otra pregunta ¿Por qué respiro? 

Otros respondieron con menos ingenio y con teorías “intelectuales”: Escribo para no morir, porque me comunico mejor con mis manos que con mi lengua. Escribo para ser otro, para crear una nueva realidad, etc. El lector curioso podrá leer las respuestas más diversas en el mencionado diario. 

Quizá, de todos ellos, Umberto Eco fue quien dio en el clavo con su respuesta: escribo porque me gusta. 

Los escritores son líderes culturales que reverenciamos. Esperamos de ellos respuestas profundas porque los vemos en cierta forma como seres iluminados. Ellos al mismo tiempo esperan darnos respuestas definitivas, cargadas de fuerza espiritual, alejadas de la inmediatez que caracteriza al hombre corriente.

Sin embargo, las motivaciones que llevan a muchos a optar por el oficio tal vez sean en algunos casos menos sublimes de lo que estemos dispuestos a creer. 

Sesenta años atrás otro escritor, crítico del sistema estalinista y autor de la reconocida novela 1984, escribió un ensayo titulado Por qué escribo en el que por fin confiesa una de las razones que lo impulsó a dedicar su vida a la escritura: el egoísmo.

En efecto, George Orwell en su célebre ensayo narra las circunstancias de su vida que lo llevaron a convertirse en escritor. Nos dice que, aparte de la necesidad de ganarse la vida, hay una poderosa razón: “El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que lo despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia.” 

Por ahora los complejos y delicados procesos de la creación seguirán siendo un misterio. Quizá convenga que siga siendo así.


domingo, 8 de julio de 2012

DEL DEBER DE LA DESOBEDIENCIA CIVIL

Esta publicación de Editorial Pi reúne dos grandes escritores norteamericanos: Henry David Thoureau y Henry Miller. Del deber de la desobediencia civil es una obra clásica con una influencia profunda en la cultura y en la política. Fue la obra que inspiró a Gandhi en su lucha por liberar a su pueblo de la dominación del imperio británico. También iluminó el sueño de Martin Luther King de una sociedad norteamericana sin discriminación racial por medios no violentos.

En el prólogo de este libro, Henry Miller hace una lúcida semblanza de Thoureau. Nos muestra que el camino seguido por los Estados Unidos como nación dio la espalada a las enseñanzas de este hombre y de sus contemporáneos Whitman y Emerson.

En estos tiempos que corren de desaliento espiritual y de frenesí por el consumo como objetivo de vida, Miller nos plantea que sigamos la senda de Thoreau y seamos valientes: “Llevad una vida ejemplar, enseguida, en cada instante, al máximo de vuestras capacidades, e indirectamente, inconsciente­mente, lograréis la forma de gobierno más cercana a lo ideal”.

Lee más de este ensayo de Thoreau en el siguiente enlace: Del deber de la desobediencia civil

domingo, 1 de julio de 2012

LA ORACIÓN DE SÓCRATES



Oración de Sócrates al dios Pan



Dadme belleza en el alma, ya que jamás seré poseedor de la belleza física.

Ayudadme a reconocer al más sabio como el hombre más rico y a aquellos que más necesitan como los más parecidos a los dioses.

Que logre ser conforme, pero no satisfecho de mí.

Ayudadme a dar más de lo que recibo. Amar más que a odiar.

Y pensar más en vivir que en haber vivido.

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