miércoles, 22 de agosto de 2012

DITIRAMBO




El diccionario define ditirambo como la alabanza exagerada, el encomio excesivo.

Eso es exactamente lo que predomina en los medios de comunicación en Colombia. Veamos dos ejemplos recientes:

Daniel Coronell debate con Pascual Gaviria sobre la suerte corrida por una deportista vinculada a Empresas Públicas de Medellín, Zorobabelia Córdoba.

Gaviria “olvidó” mencionar que su padre había sido el gerente de las Empresas Públicas de Medellín cuando ocurrieron los hechos que ahora se discuten,  Coronell se lo recuerda y para suavizar su afirmación se viene con esta perla: “Reitero el respeto intelectual que tengo por Pascual Gaviria. Uno de los mejores columnistas de Colombia y el mejor de su familia.”

En un artículo en Arcadia sobre un posible plagio de José Manuel Palacios a una obra de Alberto Salcedo Ramos, El oro y la oscuridad, una crónica sobre la vida de Pambelé, Marianne Ponsford  en un principio se muestra crítica con la posición caprichosa de Salcedo y para “hacer lo correcto” decide calificar al escritor de marras como un “cronista extraordinario” y “deslumbrante”.

Aquí quedan retratadas la retórica, el disparate y la hipocresía que caracterizan la discusión en los medios colombianos.

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